domingo, 31 de mayo de 2015

Elogio de quien mira adentro... Rafael Muci-Mendoza





 

 

Elogio de quien mira adentro...

Rafael Muci-Mendoza

 

Nunca perdamos la esperanza ni la fe, Dios y la Patria están con nosotros, pronto los venezolanos tendremos la medicina que nos merecemos...

¨Juro por los Médicos y Esculapio, y por Hygeia y Panacea y por todos los dioses y diosas, poniéndolos de jueces, que éste mí juramento será cumplido hasta donde tenga  poder y discernimiento...¨: así comienza el Juramento Hipocrático que hacemos los que decididos, tomamos sobre nuestros hombros el cuidado del hombre enfermo. El fin milenario de la medicina fue simbolizado por los antiguos griegos en las dos hijas de Esculapio (Asclepios), Dios de la Medicina. Panacea representando la curación de las enfermedades en sus vertientes de cuidar al enfermo, aliviar su dolor y retardar el advenimiento de su muerte, e Hygeia o Hígia, en representación de la prevención y fomento de la salud. La armoniosa relación entrambas constituyó para los forjadores de la moderna medicina su desiderátum, y por tanto, el resultado final de ella, siempre, necesariamente, confluía en un humano que sufre: el enfermo y su circunstancia.

La vida no puede concebirse sin la maldad de la enfermedad y sin el aliento mágico del médico, pero ser médico no se decreta ni puede manipularse políticamente, requiere de inteligencia y compromiso, dedicación al estudio y disposición para largas horas de trabajo donde la frustración está a la vera del camino y hay que aprender a tolerarla, disposición para aprender un nuevo lenguaje y al fin de la carrera haber acumulado cerca de cinco mil nuevos vocablos. Cuando no se tiene salud poco puede hacerse, ya Herófilo de Calcedonia (335-280 a.C.) de la Escuela de Alejandría, anatomista y médico famoso definió la salud en términos helénicos, ¨La ciencia y el arte no tienen nada que enseñar, el ánimo es incapaz de esfuerzo, la riqueza inútil y la elocuencia ineficaz si falta la salud¨ Somos de ellos conscientes porque la medicina moderna es una disciplina de elevado orden científico pero también humanitaria. Lo que en sus inicios fuera arte como único elemento, ahora reposa en una base científica de alta calidad, complejidad y solidez.

La medicina interna, por la presencia del ser humano en escena impone una condición inconmovible: el enfermo no es susceptible de fragmentación, posee un cuerpo pero también un mundo interno subjetivo y un mundo externo donde cuenta su familia y más allá, la sociedad. La medicina interna es la medicina del adulto, desde la juventud hasta el senium: la senectud más avanzada, desentrañando a la cabecera del enfermo el adentro sufriente, mirando desde el afuera sapiente, trasladando verdades dolorosas desde el recóndito interior al claror exterior; su herramienta principalísima es la historia clínica, la comunicación de humano a humano disecando la queja con ayuda del intelecto para hacerla patología reconocible, entendible y tratable; la indicación de la moderna parafernalia de exámenes complementarios, técnicas y aparatos, tiene que venir después y supeditada a su juicio clínico; como corolario, sobrevendrá el tratamiento parco, eficaz y oportuno, teñido de compasión.

En honda convivencia nos reunimos los médicos internistas venezolanos durante la semana del 19 al 22 de mayo para celebrar el XXI Congreso Nacional en homenaje al Maestro y mentor, doctor Herman Wuani Ettedgui, un abridor de caminos, un sembrador de virtudes, y que tuvo como lema, ¨Promoviendo un estilo de vida saludable en Venezuela¨, sin duda una plegaria a Hygeia; y como reza el saber ser, se inició el domingo 17 en la Cota Mil con un maratón-caminata de 7 y 5 km respectivamente: el tiempo nos fue benigno y jóvenes y viejos como yo, nos embrazamos a la salud en un trayecto de más subidas que bajadas, de entusiasmo y endorfinas, pues nada mejor para los pacientes que el ejemplo de presenciar el sudor de sus médicos cuidando su propia salud, tan afines como somos a recomendar pero no a recomendarnos.

En el Congreso se hizo énfasis en las obligaciones que sobre el internista y otros médicos recaen: Frente al enfermo curar o aliviar su dolencia sin agregar un ápice al dolor que ya trae; frente a la sociedad, procurar su protección, y frente a sí mismo, estar en permanente perfeccionamiento así que pueda atender sus funciones en la forma noble, oportuna y más eficiente posible. Puedo decir que nuestra reunión en sí, fue para mí un bálsamo de optimismo, de confianza en el futuro al presenciar las nuevas generaciones enfrentando contra todo pronóstico pesimista, con coraje y decisión, las embravecidas aguas de un gobierno maula e intolerante que cree poder humillar al verdadero médico venezolano. Todos los subterfugios para enterrar la medicina venezolana han sido vencidos y muestran un fracaso llevado a sus extremos; pudo tal vez Cuba inventar que eran una potencia en salud y vender su bazofia de médicos comunitarios a una bola de gobernantes ignorantes y creídos, forrados de dinero ajeno, pero ya conocemos del agrio sabor de la impotencia; la excelencia no puede ser enfrentada con fraude, con chambonería ni con saltabancos ni aprendices de brujo, ni por presidentes de colegios médicos vendidos al invasor cubano en acto de traición a la patria y a sus colegas a quienes deshonran...

De los estudios paralelos de medicina que oferta engañosamente el régimen, egresan jóvenes contrahechos en series de miles, malformados y grotescos, verdaderos fenómenos teratológicos, sin mínimo contacto con el paciente durante su deformación, faltosos en conocimientos, constituyendo una bomba de iatrogénesis (del griego iatrós, médico), de transmisión contagiosa de enfermedades traídos a esta carrera o a la carrera¨médica¨, por estos jóvenes engañados.

Bajo la égida de una junta directiva donde sobraban comprometidas más mujeres que hombres, y en medio de la estrechez económica, contó con 2184 asistentes, 1813 participantes de los cuales 780 eran internistas, 327 conferencistas todos menos uno, venezolanos y 450 estudiantes, 180 trabajos libres y todos tuvimos una fiesta de conocimientos y fraternidad impartidos con solvencia y desinterés. Aquellos que fueron nuestros estudiantes alguna vez, bañándonos de genuino orgullo, nos transformaron en sus alumnos, enseñándonos muchos aspectos del arte que desconocíamos y nos actualizaron en otras pericias del clínico enmohecidas por el paso del tiempo. Tenemos muchas reservas morales y científicas para recuperar todo cuanto se ha malogrado, nunca perdamos la esperanza ni la fe, Dios y la Patria están con nosotros, pronto los venezolanos tendremos la medicina que tuvimos y que nos merecemos. Ayer el pueblo brioso salió nuevamente a la calle a rescatar lo que fuimos, los políticos se quedaron con sus pequeñeces, la renuncia del ilegítimo Maduro y su corte malandra debe ser el objetivo de todos, ayer se inició el renacimiento y los votos de todos los venezolanos terminarán de echarlos...

Finalmente todos los asistentes al Congreso de pie y con la mano derecha abierta prestamos nuestro juramento,

Como médico internista venezolano, juro:

- Ejercer la Medicina Interna con excelencia, máximo respeto y compasión por los semejantes, priorizando la visión integral del ser humano, construyendo una relación médico paciente ética y terapéutica, y utilizando la evaluación clínica integral, detallada y exhaustiva como la principal herramienta  de trabajo.

 - Compromiso por mantener mi competencia profesional actualizada, para ofrecer a mi paciente y comunidad los avances del conocimiento médico en la prevención, promoción de salud, el  diagnóstico y tratamiento adecuado, apegado a los principios fundamentales de la ética médica, del profesionalismo y humanitarismo, que me impidan caer en la tentación del uso irracional de la tecnología y del ensañamiento terapéutico.

 - Mantener como interés rector de mi práctica profesional, el cuidado óptimo e integral de la población adulta  desde la adolescencia hasta la senectud, con criterio de equidad y calidad, por encima de cualquier beneficio económico o personal en el cumplimiento de mi deber.

 - Respetar y seguir  las nobles tradiciones, así como las normas y reglamentos de la Sociedad Venezolana de Medicina Interna, participando activamente en sus actividades académicas, científicas, sociales y de investigación, orientadas a la formación profesional, educación de la comunidad, mejoramiento de la calidad de vida de nuestra población adulta y del desempeño del sistema nacional de salud.

Sentirnos siempre, ¡orgullosos de ser médicos internistas! ¡Médicos venezolanos y llevar muy en alto las enseñanzas de nuestros maestros!

 

mailto:rafael@muci.com

rafael@muci.com

rafaelmuci@gmail.com

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