Y la ONU, la OEA, la OIT y demas orgamismos internacionales donde Venezuela es miembro y debe respetar reglas mínimas como el respeto a los DDHH, la justicia, la libertad, etc. se hacen la vista gorda y no emplazan al regimen venezolano a cumplirlas cabalmente.
Hay un deterioro generalizado de la etica y la moral de los funcionarios que "vegetan" en estos organismos !
A fuerza se hace costumbre
La tarde de este martes 11 de agosto, se conoció la buena y esperada noticia que el Tribunal 15 de juicio se había otorgado al ex alcalde de San Cristóbal, Daniel Ceballos, una medida de arresto domiciliario por motivos de salud, hasta que culmine el juicio.
Como se recordará Ceballos, fue detenido y encarcelado en la prisión militar de Ramo Verde tras las manifestaciones de febrero de 2014. Se le acusa injustamente y sin prueba alguna de supuestos delitos de rebelión y agavillamiento. Diversos organismos de Defensa de los Derechos Humanos han levantado su voz de protesta y han dictado medidas de protección a favor de Ceballos, al igual que lo han hecho a favor de otros presos por motivos políticos, como Antonio Ledezma, Leopoldo López, Enzo Scanaro, entre otros.
Hace un par de semanas, el sábado 25 de julio, otro preso del Gobierno; el periodista y editor de 6to Poder, Leocenis García, también fue trasladado a su casa. En el caso de García, el traslado fue realizado en condiciones bastante arbitrarias en horas de la noche, sin orden de un tribunal y sin atención médica, a pesar de su delicado estado de salud tras mantenerse durante 85 días en huelga de hambre.
Ciertamente que es un respiro, tanto para Ceballos, García y para todo su entorno de afectos, volver a sus hogares, y estar bajo el cuidado y el calor de sus familiares.
Pero, no por ello se puede pasar por alto que el deber ser es que estos ciudadanos estuviesen en libertad plena, o en última instancia con medidas sustitutivas de libertad. Al igual que deberían estarlo más de una docena de otros venezolanos que pagan casa por cárcel y el casi centenar que aún permanece en prisión (tras estar sometidos, injusta y arbitrariamente, a juicios por razones políticas, al manifestar de una u otra forma su disenso al proceso de revolución comunista que avanza en Venezuela. Casi 80 de ellos están recluidos en cárceles de alta peligrosidad, violando normas internacionales sobre el tratamiento de los presos políticos, los cuales no deberían estar recluidos con condenados por delitos como homicidio, violación, secuestro o robo.
Con estas medidas de casa por cárcel, se corre el peligro de dejar en el olvido la violación de los derechos humanos de la que son victimas estos venezolanos, los cuales aun estando con sus familias, no están en libertad, derecho que garantizan tanto la Constitución de la República como las convenciones universales. Allí están los casos de los comisarios Henry Vivas, Lázaro Forero e Iván Simonovis, condenados sin prueba alguna a penas de 30 años de prisión, los cuales tienen su casa por cárcel por razones de salud, pero que ya no son noticia ni siquiera para los pocos medios independientes que quedan en el país. Algo parecido pasa con Antonio Ledezma, el alcalde mayor preso en su casa a pocos días de cumplir seis meses desde que fue detenido, sin que un tribunal le haya celebrado una audiencia preliminar.
Resulta que la tranquilidad que causa el que ya estos inocentes no estén en prisión, pasa por alto que estos venezolanos y sus familias siguen siendo víctimas de un régimen que se ha dado la tarea de imponer un pensamiento único, una ideología de Patria Socialista que lo único que ha logrado es construir una gran prisión donde la población agoniza de hambre, inseguridad y de mengua.
Editores de VenEconomía
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